Rol del directorio en la integridad en los negocios

Luis Hernán Paúl

Uno de las funciones del directorio es lograr confianza, transparencia y responsabilidad en la actuación de la empresa que dirige. Ello es fundamental para promover la estabilidad financiera, facilitar la realización de inversiones e incentivar el crecimiento a largo plazo.

Cuando se descubre que una empresa no desarrolla sus negocios de modo íntegro enfrenta normalmente más temprano que tarde deterioro en su imagen, caída de ventas y disminución en su valor de mercado. A ello se suma, en caso que lo ocurrido involucre además una actuación ilegal, multas, demandas, acuerdos reparatorios y un sinfín de otros problemas.

De aquí la conveniencia que las actuaciones de una empresa no sólo se apeguen al cumplimiento de las leyes sino que también a lo que considera el mercado es una actuación correcta o integra en el desarrollo de negocios. Ese estándar de mercado lo establecen normalmente los principales stakeholders de la empresa (trabajadores, clientes, autoridades y comunidades con las que se relaciona más).

Luego la duda que surge es cómo el directorio aborda la responsabilidad que tiene de promover una actuación integra en las labores que desempeña la empresa día a día. A continuación indico brevemente cómo enfrentar dicha responsabilidad.

Lo primero es entregando un claro mensaje del accionista controlador y el directorio a la administración respecto de los valores y principios que deben guiar las actuaciones de la empresa. Asimismo, es importante comunicar que las conductas inapropiadas y la toma de riesgos fuera de las políticas establecidas no serán toleradas y las actuaciones fuera del marco aceptado serán investigadas e informadas a las autoridades si corresponde. Incluso puede ser útil en algunas industrias identificar prácticas que pudieron haber sido utilizadas en el pasado por la empresa y/o que son utilizadas todavía por los competidores, que ya no son aceptables.

Tales definiciones conviene ponerlas por escrito en una política de actuación íntegra en los negocios y establecer la función, ejecutivo, área o departamento que se ocupará de impulsar y controlar la integridad de negocios. El marco de responsabilidades de dicho ejecutivo o área va a depender del sector, tamaño, perfil de riesgos e importancia y grado en el cual dicha función es soportada por el directorio y/o la administración. En algunas empresas dicha responsabilidad recae en la contraloría, gerencia de riesgos o área de sustentabilidad, siendo a veces esta un área independiente. En otras empresas la función de integridad de negocios está repartida en varias áreas tales como fiscalía, auditoría interna y departamento de recursos humanos. Hay que tener cuidado, en todo caso, que se produzca el típico fenómeno de que cuando todos están a cargo, en la práctica nadie lo está.

Entre los tópicos que es común se traten en las políticas de actuación íntegra están los sobornos, políticas y acciones anticompetitivas, seguridad de productos y servicios, políticas medio ambientales, fraudes, derechos humanos, propiedad intelectual, impuestos y seguridad laboral, entre otros.

Ahora, es fundamental poner especial atención en la difusión y comprensión de la política de integridad, así como en la supervisión y control de las medidas diseñadas para prevenir, detectar y enfrentar de darse conductas contrarias a dicha política. En esta labor juegan un rol importante los sistemas de denuncias que establecen muchas empresas para informarse y poder investigar debidamente las actuaciones indebidas.

Lograr el íntegro cumplimiento de la política de integridad de negocios por desgracia no es algo fácil de lograr actualmente. A veces falta apoyo de la dirección superior, existen objetivos conflictivos o bien es insuficiente o inadecuada la disposición de recursos financieros y/o humanos para efectos de la promoción y control de la integridad. Sin embargo, se trata de una responsabilidad muy importante de los directorios en la cual debemos poner gran atención.